El envejecimiento progresivo de la población lleva
relacionado una serie de patologías y, podríamos decir que una de las que más
relevancia tiene para el paciente como para sus familiares, amigos,…, así como
la necesidad de recursos sanitarios y sociales, unido al elevado coste
emocional y económico para el paciente y la familia son las demencias y, en
particular, la enfermedad de Alzheimer.
En nuestra residencia más del 56% de los usuarios padecen
algún tipo de demencia, de las cuales más del 63% son demencias del tipo
enfermedad de Alzheimer. Dada la importancia y relevancia de este tipo de
enfermedad, voy a exponer a continuación una serie de recomendaciones generales
que pueden seguir para mantener al máximo la dignidad y calidad de vida de los
pacientes con Alzheimer. Estas son:
-Mantener un horario
constante como una secuencia (siempre la misma) de comidas, higiene, etc. (de
las actividades básicas diarias).
- Vigilar y poner especial cuidado
en la regularidad del ciclo vigilia-sueño.
-Mantener un entorno lo más estable, seguro, sencillo,
facilitador, orientador, adaptado y tranquilo posible, tanto físico como
familiar.
-Adelantarnos a sus
necesidades, pero sin sobreprotegerlos, estimulando su autonomía.
-Realizar actividad física
adapta diariamente o tan frecuente como sea posible.
-Mantener una misma
estructuración de las actividades diarias.
-Dar tiempos de tranquilidad
y relajación.
-Mantener y estimular las
capacidades conservadas del individuo.
-Estimular la repetición de
gestos cotidianos y que participen de la vida cotidiana.
-Estimulación de aspectos
cognitivos de la persona.
-Simplificar tempranamente y
al máximo las tareas de autocuidado.
-Estimular el habla y
cualquier comunicación de forma sencilla, adecuada y clara.
-Orientación temporo-espacial
constante.
-Asesorarse acerca de los
hábitos molestos, alteraciones del estado de ánimo, trastornos del
comportamiento que acompañan a la enfermedad.
-La seguridad propia y la de
los demás es imprescindible y deberemos buscarla siempre.
-Buscar las actividades de
ocio y tiempo libre más motivadoras y participativas para el enfermo.
-Normalizar las repercusiones
de su conducta (comprender su estado, su enfermedad. Ser flexibles y pacientes
(la discusión aumentará su confusión)).
JOSE MIGUEL SÁNCHEZ PÉREZ
TERAPEUTA OCUPACIONAL
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