Antes de comenzar, y dado que esta es mi primera intervención en el blog, me gustaría presentarme.
Me llamo José Luis, y desde el 2003 ejerzo como psicólogo en el centro para mayores “La Purísima ”. A lo largo de estos años he vivido situaciones que me han enriquecido como persona y como profesional, algunas de las cuáles utilizaré como base para plantear propuestas que espero que sean de vuestro gusto, y sobre todo tengan una utilidad práctica.
Tengo la suerte de rodearme de buenos compañeros, de todos los cuales he aprendido infinidad de estrategias y técnicas que no se aprenden en la universidad. Esta es la “Escuela del Día a Día”, más informal pero a la vez más productiva.
Dicho esto, hoy solo quiero daros algunos consejillos para todos aquellos que sois cuidadores de personas que tienen diagnosticada algún tipo de demencia. No es una aportación exclusiva para trabajadores de centros de mayores, sino también para los familiares que han decidido cuidar a estos enfermos.
Vamos a hablar de “Consejos para el manejo de los problemas de comportamiento de usuarios con demencia”. Dentro de este apartado hoy estudiaremos “LA IMPORTANCIA DE UNA BUENA COMUNICACIÓN”
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que la pérdida progresiva de capacidades y esos problemas de comportamiento que aparecen conforme avanza la enfermedad, pueden provocar situaciones complicadas en la convivencia de un centro.
Recordemos algunas ideas básicas:
1) Estimular al usuario/a para que no pierda las facultades que todavía le queden.
2) Nunca hacer comentarios negativos delante de él. Culpemos a la enfermedad y no al enfermo.
3) Muchos problemas de salud que generan molestias en el usuario/a, provocan el incremento de estos trastornos comportamentales (agitación, agresividad, nerviosismo….) En fases avanzadas de la enfermedad, el usuario/a no puede expresarse verbalmente, por lo que estas manifestaciones pueden traducirse como una señal de encontrarse mal.
Sugerencias para una adecuada comunicación:
o Al dirigirnos al usuario/a, tenemos que acercarnos de frente, mirarle a los ojos y utilizar gestos con frecuencia para hacernos entender.
o Evitar hablar con ruidos de fondo.
o No discutir con él/ella; hablarle pausadamente y de manera sencilla. Dirigiros a él/ella por su nombre, con respeto (recordar que no es un niño). Hablarle con claridad y hacerlo lentamente.
o Utilizar frases cortas y sencillas y evitar preguntas complejas. Un ejemplo correcto sería decirle: “¿Quieres agua?, a la vez que se le enseña el vaso.
o No dar órdenes. Mejor las sugerencias.
o Aceptar sin discusiones cualquier respuesta. Si se niega a la sugerencia (por ejemplo, a comer), aprovechar su falta de memoria dejándole un rato libre para luego intentarlo de nuevo.
o Debemos eliminar expresiones como: ¿No recuerdas…? ¿Cuándo hiciste….? ¿Cuánto tiempo…?, ya que sin darnos cuenta, estamos examinando su capacidad de memoria y esto le puede provocar frustración. Es mejor decir: “Aquí está tu primo José”, en lugar de “¿No te acuerdas de tu primo José?”
o No debemos centrarnos en los comportamientos incorrectos. Si ya sabemos que habrá problemas (por ejemplo, a la hora de comer), dígale con claridad lo que debe hacer, sin preguntarle: ¡Vamos a comer! en lugar de ¿Quieres comer?.
o Estimular su participación en las conversaciones utilizando recuerdos personales y fotografías, así como el contacto con el mundo que le rodea.
o Cuando ya no podemos conseguir que nos comprenda:
ü Primeramente debemos averiguar si hay algún problema auditivo o visual que dificulte la comunicación. Si es así comunicarlo al médico del centro.
ü Poner más énfasis en los consejos anteriormente expuestos, simplificando el lenguaje, procurando utilizar más los gestos, la expresión de la cara, acostumbrarnos a las caricias, mantener el contacto corporal y tomar a menudo su mano. Le dará confianza y facilitará la comunicación.
En próximas publicaciones para el blog, hablaremos de: insomnio y despertares nocturnos, reacciones agresivas y violentas, alucinaciones y delirios, tristeza e inactividad; todo ello en el marco del “Manejo de los problemas de comportamiento más frecuentes en usuarios con Demencia”.
Para concluir, me gustaría terminar con una frase que anima a mantener un contacto cercano con el enfermo/a. “UN BESO, QUITA UNA ARRUGA”.
Un saludo: José Luis Ramos Conchillo
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